RESPUESTA A AGUSTIN LAJE SOBRE EL GOBIERNO DE MILEI: EL PROBLEMA DEL GLOBALISMO NEOCONSERVADOR
Publico la respuesta a Agustín Laje que publiqué en la red social X acerca del actual gobierno.
Agustín: te contesto dada mi relativa influencia en lo que alguna vez dimos en llamar Nueva Derecha. Las medidas sanas prometidas por Milei y que vos mencionás, no dudé en apoyarlas, como también lo sigo haciendo ahora (por caso, el proyecto de libertad educativa, al menos en líneas generales). Como te consta yo prefería a Gómez Centurión y no me gustaba Milei, pero dado que el Partido NOS había quedado en “stand by”, voté al candidato libertario en el “ballotage” como al “menos indigno” y le dí un apoyo crítico entre el 10/12/2023 y el 10/06/2024, es decir durante los primeros seis meses de gobierno. Luego y a lo largo de casi un año me limité a apoyar lo que me parecía positivo y criticar lo negativo. Y ya en la primera mitad de este año pasé a una postura de oposición constructiva, a medida que fue quedando claro que la oposición de Milei no era al globalismo en sí mismo, sino a su ala progresista, apoyando en cambio a la más antigua de corte neoconservador y anglo-sionista. No hace falta que te explique que mi postura es similar a la que han ido tomado en los últimos dos años diferentes sectores y referentes del Movimiento MAGA en los EE.UU así como no pocos líderes conservadores (situación parecida a la ruptura que se produjo entre paleo y neoconservadores al fin de la Guerra Fría). En el caso de Milei, su exagerado apoyo al genocida y supremacista Estado de Israel , la relación con la tenebrosa secta Jabad Lubavitch, la ruptura de la neutralidad argentina en los graves conflictos bélicos que existen a nivel planetario, el ciberpatrullaje decidido por el Ministerio de Seguridad bajo la excusa de combatir el narcotráfico y el terrorismo, el mal trato a los militares aún procesados o presos por la nefasta política kirchnerista comenzada en 2003, la peligrosa alianza con los EE.UU (no con la derecha estadounidense antiglobalista sino con USA como Estado, es decir, con el Departamento de Estado, el Pentágono, la CIA, etc.), los privilegios al capital extranjero en el RIGI, la colusión con políticos que defienden la postura británica respecto de las Islas Malvinas (como Sabrina Ajmechet), el aumento de la deuda externa, la dialéctica amigo-enemigo como categoría principal de análisis político y construcción de poder (incluido el pedido de Nicolás Márquez de una “obediencia acrítica” al Líder libertario), el autoritarismo y mesianismo políticos, la violencia verbal para quienes no se suman “sin chistar” a las decisiones del gobierno, la “camita” que alguien le tendió a Pablo de la Torre en el Ministerio de Capital Humano (seguida de inmediatas calumnias por parte de periodistas afines al gobierno), los acuerdos con defensores públicos del transhumanismo (como Elon Musk), la mentalidad economicista y de darwinismo social de cierta retórica sedicentemente meritocrática, la falsificación del trilema Dios- Patria- Familia, los ataques injustos de Milei al nacionalismo católico, etc., son algunos de los motivos que están detrás de mi oposición. Tales consideraciones son personales y no implican un juicio moral en relación a personas que, honestamente y de buena fe, intentan hacer algo positivo desde el sector más conservador de LLA, aunque yo sea más escéptico que en 2019 acerca de lo poco que se puede conseguir dentro del sistema democrático moderno. No conozco las circunstancias por las cuales algunos siguen colaborando con este gobierno, pero en todo caso es un asunto que cada uno debe resolver de acuerdo con su conciencia recta (incluidos Nicolás Márquez y vos). Las críticas mencionadas no son nuevas de mi parte, pues las fuí volcando en mi cuenta de la red social X y en mi página web desde el 10 de diciembre de 2023 hasta el día de la fecha. Además, al margen de lo que cada uno pueda pensar de esa alianza o articulación de corrientes (no doctrina) que dimos en llamar Nueva Derecha Argentina (NDA) y el actual gobierno, hay diferencias importantes. Quienes hayan leído mi libro publicado en 2021 verán que exigía para esa articulación un marco axiológico fundamentado en la Doctrina Social de la Iglesia (la tradicional, no la contaminada con la Teología de la Liberación y la Teología del Pueblo) y no esa mezcla de talmudismo cabalístico, sionismo cristiano “dispensacionalista” y judeo-cristianismo cultural típico de cierto liberalismo conservador. Vos mismo citaste en tu “La batalla cultural” al P. Meinvielle, quien promovía algo similar en la década del 60 del siglo pasado. Mi propuesta de NDA siempre fue contraria tanto al globalismo “progresista” como al “neoconservador”. También me opongo al Islam extremista, enemigo externo de la Civilización cristiana como al Judaismo talmúdico-cabalistico, su enemigo interno (no me refiero a cada islámico o judío considerado individualmente, sino a las corrientes objetivamente fundamentalistas y anticristianas de esas religiones). Que el Estado de Israel, étnico y supremacista, es totalitario no es tesis exclusiva del tradicionalismo católico sino también de paleo-libertarios como M. Rothbard, Lew Rockwell y Ron Paul así como de judios ortodoxos al estilo de los rabinos de Neturei Karta. Nada tiene que ver esa crítica con el racismo nacional-socialista ni con prejuicios o literatura de tipo amarillista. El problema judío no es racial sino teológico, aunque hay judíos moderados que no se hacen eco de las blasfemias, calumnias y mandatos anticristianos del Talmud. Lamentablemente no es el caso de los sionistas ultra-ortodoxos del Likud que hoy gobiernan en Israel ni de organizaciones como el Congreso Judío Mundial, la ADL, AIPAC, la DAIA o la AMIA. Me dirás que no tenés opinión formada acerca del Sionismo o la Masonería porque no encontraste fuentes primarias al respecto. Perdonáme pero no es una respuesta acorde a tu nivel intelectual. Es verdad que hay antisemitas amarillistas y conspiranoicos que opinan sin fuentes documentales serias, caen en sofismas varios y tienen una mentalidad racista o cercana al totalitarismo NS. No es mi caso. Tampoco es serio acusar de antisemita a cualquiera que haga una crítica fundamentada al Judaísmo, al Sionismo o al Estado de Israel. Fuentes primarias serias al respecto (incluida la Masonería infiltrada dentro de la estructura humana de la Iglesia Católica) hay en abundancia. Te sugiero leer los libros de investigadores actuales o recientemente fallecidos como Alberto Bárcena (Iglesia y Masonería: las dos ciudades), Manuel Guerra Gómez (La trama masónica y El árbol masónico), Juan Claudio Sanahuja (Poder Global y Religión Universal) o Charles Mürr (Asesinato en el grado 33), además de los documentos condenatorios de la Masonería que se contienen en el Magisterio de la Iglesia (en especial, por ser de los más actuales, el del entonces Cardenal Ratzinger, de 1985, cuando era Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe). Criticar el Globalismo y no encontrar relación alguna con la Conjuración anticristiana y americanista (como supo denunciarla Mons. Delassus, prelado de tiempos de San Pío X, muy querido en los ambientes de la TFP, entidad admirada por Nicolás Márquez) sólo puede explicarse o por un prejuicio contra toda literatura que aborde esta espinosa cuestión, por miedo a los poderes oscuros o por complicidad. Quiero descartar la última posibilidad (aunque muchos me acusen de ingenuo), así que te animo a vencer las dos primeras. Eso tal vez te quite algunos apoyos y te exponga a ciertos peligros. Pero recuperarás la confianza de quienes, aún no pensando en todo como vos, te apoyamos en su momento por tu valiente crítica a la Nueva Izquierda y al Globalismo progresista. Y sobre todo te ayudará a vos, pues sólo la Verdad nos hace libres. Tucker Carlson, Charlie Kirk y Eduardo Verástegui ya han dado ese paso. Creo que ahora es tu turno.

