IDEOLOGIA DE GENERO: ¿UNA DECONSTRUCCION DE LA SEXUALIDAD?

El Papa Juan Pablo ll nos enseñó lo siguiente: “La cultura contemporánea considera a menudo la sexualidad de modo reductivo, sin la armonía de una visión integral de la persona humana. Hay que comprender el amor entre un varón y una mujer según su significado más pleno, sin disociar los diversos aspectos –espiritual, moral, físico y psicológico- que lo integran. Ignorar una sola de esas dimensiones del amor constituye un serio peligro para la unidad de esa persona”.

Estas enseñanzas me llevaron a reflexionar acerca de si la Ideología de Género es o no una deconstrucción de la sexualidad. Cuando hablamos de una deconstrucción nos referimos al poder que una persona cree tener para manipular su sexo y así cambiar de ser una mujer, por ejemplo, a ser un varón.

Voy a dejar esta pregunta “picando en la mente” de mis lectores y aclarar algunas cosas antes de responderla. Primero, cuando hablamos del género y el sexo de una persona no estamos hablando de lo mismo. Cuando hablamos de sexo hacemos referencia a la naturaleza de la persona y a su condición de varón o mujer. En cambio, cuando hablamos de género, partiendo de la lingüística (donde podemos encontrar tres variaciones: masculino, femenino y neutro), la Ideología de Género extiende el concepto a lo antropológico, y así, la “identidad de género” de la persona refiere a la “autopercepción” como mujer o varón, y la “orientación sexual” a si es una persona con tendencia heterosexual, homosexual, bisexual, entre otras. Esto implica que la Ideología de Género es una deconstrucción de la sexualidad y estoy segura que la mayoría de mis lectores estarán acá concuerdan conmigo. Al respecto, tres puntos en los que la ideología de género afecta y en los que me gustaría centrarme son las relaciones afectivas del ser humano, el crecimiento y educación del ser humano, y la historia y cultura del mundo.

Sabemos que hay algunas personas que están en desacuerdo con este punto de vista y creen que la Ideología de Género no es una deconstrucción sexual. Una muy fuerte razón por lo que creen esto es porque según ellos cada persona tendría que ser libre de elegir si ser mujer o varón. Y hasta hay algunos que creen que pueden ser animales o hasta plantas.

Todos sabemos que una relación amorosa sana es la que se da entre varón y mujer, nada de una mujer y una mujer o de un hombre y un hombre. Y para que una relación amorosa sea sana, como dije anteriormente, las dos personas de la relación tienen que aceptar enteramente lo que son, mujer si se es mujer u hombre si se es hombre. En caso contrario eso podría llevar a una desestabilización psicológica merced a la cual algunos podrían dudar de su sexualidad.

Para que eso no ocurra es muy importante que la persona viva en un ambiente familiar normal en el que sus padres tengan una relación completamente sana y que lo ayuden a aceptarse tal como es. Hay muchos estudios serios que demuestran que los niños se desarrollan mejor cuando ven y sienten la presencia de los padres en el hogar. El catedrático de psiquiatría de la Universidad Complutense, Enrique Rojas, afirma que un núcleo familiar con dos padres o dos madres puede perjudicar mucho el desarrollo personal del menor. Él dice que es imposible una educación completa en un ambiente homosexual ya que es antinatural condenar al niño a una educación privada de padre o madre.

Hay ocasiones en que una persona, a causa de una mala educación o del rechazo de los padres pueden generar tendencias afectivas homosexuales. Esto también puede ocurrir si el padre está ausente y la madre sobreprotege imprudentemente a su hijo, desarrollando comportamientos afeminados y/o llevándolo a tener una preferencia hacia alguien de su mismo sexo.

Otra cosa muy importante es el saber establecer y mantener sanas relaciones de amistad y respeto con personas de otro sexo. Lo que quiero decir es que cada uno debe saber mantener ciertos límites con sus amistades.

También se ha desarrollado recientemente una nueva forma de interpretar la historia: la Ideología de Género de raíces marxistas plantea que hay un género opresor (el varón) y uno oprimido (la mujer). Las principales promotoras de esta ideología son las feministas de género. Es necesario aclarar que no es lo mismo una feminista de género que una feminista de equidad, ya que estas opinan que las cosas han progresado bastante para las mujeres y las feministas de género que han empeorado, pues ven señales de “patriarcado” por todas partes y creen que las cosas seguirán desmejorando. Pero mirando la realidad, podemos darnos cuenta de que las cosas sí han mejorado mucho para la mujer. Un ejemplo es que la mujer conforma el 55% del estudiantado universitario. Las feministas de género no creen esto ya que ellas lo que quieren (algunas tal vez sin darse cuenta) es que el oprimido pase a ser el opresor.

Volviendo a la cuestión de fondo: ¿no es raro que hablen de género cuando en realidad a lo que se refieren es al sexo? ¿Qué es lo que cambia al usar la palabra género y no sexo? Veamos:

. Primero: se pueden añadirotras categorías que no caben en la diferencia de sexos. Así tenemos a las personas de un sexo particular, pero con atracción activa al mismo sexo o a ambos sexos.

. Segundo: se introduce un elemento supuestamente “cultural” al concepto que permite explicar la división y “diversidad” de géneros.

Álvaro Fernández explica en su artículo Ideología de Género: Caballo de Troya Cultural que en el lenguaje común hablamos de “la mesa” (femenino) o “el vaso” (masculino). Es decir que nosotros, dentro de nuestra cultura, asignamos el género femenino o masculino a las cosas. Reemplazando el concepto de “sexo” por el de “género” en relación con el hombre, habilitamos a que la gente pueda elegir arbitrariamente a que “género” quiere pertenecer independientemente de su sexo biológico. Por este camino, cada persona estaría habilitada para construir libremente su género y entonces se terminaría en una auto-construcción de la sexualidad u opción sexual. Aunque todavía hay investigadores que tratan de demostrar lo contrario, estudiosos como Masters Johnson y Kolodny afirman que “hoy la teoría de la homosexualidad está casi descartada” y Karlen ya afirmaba en 1971 que “la realidad de los hechos demuestra cada vez más que los genes no causan la homosexualidad”. Hoy 51 años después sigue siendo verdadera esta afirmación. Se sabe que algunos factores fisiológicos pueden predisponer a ciertas carencias sexuales, y por consecuencia a la homosexualidad, pero no son factores predeterminados contra los que la persona no pueda sobreponerse. Y mucho menos puede admitirse científicamente la teoría del “gen homosexual”. Por lo tanto, que las personas con tendencias homosexuales digan que su “orientación sexual” se debe a causas biológicas sería una “condena sin apelación” que impediría confiar en la posibilidad de una modificación y bloquearía cualquier intento de crecimiento y cambio.

Comenzando mi artículo mencioné que hay gente que cree que la Ideología de Género promueve una construcción de la sexualidad en vez de una deconstrucción de la sexualidad, pues según ellos las personas deberían ser totalmente libres de elegir tanto su orientación sexual como su sexo. Pero nosotros sabemos que no se puede elegir el sexo, que está determinado desde el momento de la concepción, ni se debe elegir una orientación sexual distinta de la que corresponde al sexo biológico y que está orientada a la procreación y educación de los hijos como a la unión y felicidad del varón y la mujer. Dios nos hizo nacer varones o mujeres para cumplir así con la misión que nos da a cada uno.

Habiendo reforzado mis razones por las que estoy convencida que la Ideología de Género es una deconstrucción sexual y descartando la teoría de que es una construcción sexual puedo terminar con lo siguiente: sin necesidad de un sustento científico pero fortalecidos por lo que la ciencia verdaderamente enseña, podemos comprobar que la Ideología de Género no tiene por objetivo solucionar los problemas de las personas que sufren interiormente, sino que promueve este tipo de conflictos en quienes no los tienen, los potencian en los que los padecen y siembran confusión en los desconcertados.

Para terminar quería recordar los versículos del 28 al 30 del primer capítulo del Génesis (primer libro de la Biblia): “Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla…”. Dios nos creó varón y mujer y al decirles esto a Adán y Eva nos estaba hablando a todos nosotros, para que nos reproduzcamos mediante la unión entre varón y mujer.

MPV